Aún conociendo que la fibra óptica es el medio de transmisión que menos atenuación con la distancia y más ancho de banda permite, también es cierto que tanto el material del que se fabrica, como su despliegue tienen un coste considerable. Debido a que en un primer momento el único despliegue que se planteaba era el despliegue punto a punto al ser las fibras un medio de transmisión bidireccional, esto conllevaba dos graves problemas:
- El precio del despliegue, pues para la conexión de cada abonado se necesitan dos fibras, una de subida y una de bajada.
- Problemas con los servicios de difusión como podía ser el de TV.
Debido a estos problemas, los operadores buscaron una solución más rentable económicamente que consiste en una red de acceso híbrida (HFC) con un tramo de fibra óptica hasta un determinado punto o armario y un tramo de cable coaxial desde ese punto hasta los abonados. El cable coaxial es un medio de transmisión de características intermedias entre las del par trenzado y las de la fibra, en cuanto a la distancia y la velocidad de transmisión. Su precio es superior al del par trenzado, pero inferior al de la fibra. Adicionalmente, este medio de transmisión permite la bidireccionalidad, útil para economizar el despliegue de la red y la problemática con los servicios de difusión.
Las redes HFC, a través de los últimos estándares Docsis (3.0), disponen de una capacidad de transmisión aproximada de unos 100Mbps simétricos.
En cuanto al espectro radioeléctrico en HFC, se puede observar en la Figura, situada al inicio de la siguiente página.
Estas redes poseen el incoveniente de que siguen utilizando un medio de transmisión distinto a la fibra para uno de los tramos. El cable coaxial posee una atenuación elevada con la distancia en comparación con la fibra óptica, por lo que en estas redes es necesaria la presencia de amplificadores cada pocos kilómetros.